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Cada día es mayor la importancia de la información, especialmente capatada, procesada, almacenada o transmitida (ya sea de forma escrita, en imágenes, oral, impresa en papel, almacenada electrónicamente, proyectada, enviada por correo, fax o e-mail, transmitida en conversaciones, etc.) por lo que el impacto de los fallos, los accesos no autorizados o la revelación de la información, así como otras incidencias tienen un impacto mucho mayor que hace algunos años.
En la actualidad se busca mantener la seguridad no solo de los datos sino también la de la información puesto que son los activos más estratégicos y valiosos para una organización debido a que están relacionados con los sistemas y el uso de las tecnologías de información, es por ello que garantizar la seguridad de éstos se debe gestionar correctamente, y para ello es necesario comprender el concepto de información, el cual de acuerdo a lo establecido por Emilio del Peso Navarro es un conjunto de datos organizados en poder de una entidad y que tiene un valor para la misma, independientemente de la forma en que se guarde o transmita (escrita, en imágenes, oral, impresa en papel, almacenada electrónicamente, proyectada, enviada por correo, fax o e-mail, transmitida en conversaciones, etc.).
Una vez comprendido el concepto y la importancia de la misma, se debe hacer uso de un proceso sistemático, documentado y conocido por toda la organización, que permita mantener un enfoque de riesgo empresarial el cual se base en los pilares de la información que son:
Confidencialidad. Asegurar que la información sea accesible sólo para quienes estén autorizados para ello.
Integridad. Salvaguardar la información para que los métodos de procesamiento sean exactos y completos.
Disponibilidad. Asegurar que los usuarios autorizados tengan acceso a la información y a los activos asociados cuando se requiere.
Estos tres pilares son esenciales en toda organización, para mantener los niveles de competitividad, rentabilidad, conformidad legal e imagen empresarial necesarios para lograr los objetivos de la organización y asegurar su beneficio económico.
Finalidad del SGSI
En la actualidad, toda organización está expuesta a un sin número de amenazas que, aprovechando cualquiera de las vulnerabilidades existente, pueden someter los activos críticos de información a diversas formas de fraude, espionaje, sabotaje o vandalismo. Los virus informático, el hacking o los ataques de denegación de servicio son algunos ejemplos comunes y conocidos, pero también no se debe pasar por alto otro tipos de riesgos como son el sufrir incidentes de seguridad causados voluntaria o involuntariamente desde dentro de la propia organización o aquellos provocados accidentalmente por desastres naturales y/o fallos técnicos.
El cumplimiento de la legalidad, la adaptación dinámica y puntual a las condiciones variables del entorno, la protección adecuada de los objetivos de negocio para asegurar el máximo beneficio o el aprovechamiento de nuevas oportunidades de negocio, son algunos de los aspectos fundamentales en los que un SGSI es una herramienta de gran utilidad y de gran ayuda para la gestión de las organizaciones.